Oaxaca

¿Sabías que la curandera más grande del mundo fue Oaxaqueña?

20 de abril de 2023

María Sabina, De Huautla, Oaxaca, es quizá la curandera con más influencia en el misticismo mexicano. Fue ella quien nos enseñó sobre las propiedades milagrosas de los hongos, pues el regalo que le dieron los dioses fue el de saber guiar a quienes se aventuran hacia la mayor de las travesías: el viaje interior.

Tal fue la fama de María Sabina, que llegó a ser visitada por personalidades de todos los ámbitos, desde el político hasta la farándula. Por lo anterior y como un tributo a esta grande de la medicina tradicional, te presentamos algunos datos muy interesantes de su vida.

Primero tienes que saber que nació en Huautla de Jiménez, el día 22 de Julio de 1894 y abandonó este mundo el día 23 de Noviembre de 1985.

Gracias al banquero Robert Gordon Wasson y a su esposa Valentina Pavlovna, considerados los padres del estudio de los hongos, el trabajo de María Sabina fue difundido por el mundo, lo que le convirtió en una celebridad a nivel internacional.

María Sabina llamaba a los hongos “los niños santos” y consideraba a los hongos como ayudantes y guías.

Fue en 1955 cuando Robert Gordon Wasson experimentó por primera vez la sabiduría de María Sabina y fue ahí cuando comenzó la leyenda, la misma que comenzó a ser publicada en libros, revistas y hasta un disco que contenía sus cantos llamado “Mushroom Ceremony of the Mazatec Indians of Mexico” (1957).

En su libro “The Wondrous Mushroom”, Wasson, registró por primera vez al “hongo sagrado”, que nunca antes había sido clasificado. Lo llamó psilocibe wassanni.

Entre las personalidades que acudieron a visitar a María Sabina se encuentran Aldous Huxley, Walt Disney, Los Beatles, Bob Dylan y los Rolling Stones.

Pero también en el mundo literario María Sabina logró tener gran influencia. Un ejemplo de ello es el poeta Homero Aridjis, quien la llamó “la más grande poeta visionaria de América Latina en el siglo XX”. Además, tuvo una aparición en la novela “La piel del cielo” de Elena Poniatowska y también en “Caramelo” de Sandra Cisneros.

María Sabina era la descendiente de una larga línea de chamanes mazatecos que conocían muy bien el arte de la curación con medicina tradicional.

Existe la leyenda urbana que dice que el escritor Carlos Castaneda ideó al conocido personaje “Don Juan” basado en María Sabina.

“Poetas por el Milenio”, la serie de libros publicada por la Universidad de California destaca la obra “Poetas que han estado a la vanguardia de la poesía innovadora y visionaria desde principios del siglo XX al día presente”, de la cual el segundo libro está dedicado a María Sabina.

“Mujer espíritu” es una película sobre María Sabina, donde se muestra con mucho detalle los rituales que ella practicaba. Fue producida por Nicolás Echeverría en 1979.

María Sabina murió en la pobreza, dejando su legado para que nosotros podamos apreciarlo y recordar que la curandera mas grande del mundo vivió en México.

¿Cómo llevaba a cabo los rituales María Sabina?
Los rituales de María Sabina eran sencillos, en la intimidad de su recinto, lejos de la contaminación auditiva y las presencias incómodas. Era ahí donde María Sabina procedía, una vez que el sol se había ocultado, a lavar a los “niños santos”, separándolos después en pares, como la tradición lo dicta.

Para el ritual, la habitación de María Sabina se encontraba a oscuras, sin colores o formas que pudieran viciar el viaje que se aproximaba.

Finalmente, en la cumbre del ritual, los “niños santos” hacían su trabajo, modificando la percepción del tiempo y del espacio. María Sabina acompañaba durante toda la noche aquel viaje hacia el interior, palmando con sus manos algunas partes de su cuerpo y con cantos en lengua mazateca:

Soy un ciervo: de siete púas,
soy una creciente: a través de un llano,
soy un viento: en un lago profundo,
soy una lágrima: que el sol deja caer,
soy un gavilán: sobre el acantilado,
soy una espina: bajo la uña,
soy un prodigio: entre las flores,
soy un mago: ¿quién sino yo
inflama la cabeza fría con humo?

Soy una lanza: que anhela la sangre,
soy un salmón: en un estanque,
soy un señuelo: del paraíso,
soy una colina: por donde andan los poetas,
soy un jabalí: despiadado y rojo,
soy un quebrantador: que amenazala ruina,
soy una marea: que arrastra la muerte,
soy un infante: ¿quién sino yo
atisba desde el arco no labrado del
dolmen?

Soy la matriz: de todos los bosques,
soy la fogata: de todas las colinas,
soy la reina: de todas las colmenas,
soy el escudo: de todas las cabezas,
soy la tumba: de todas las esperanzas.

Lo anterior potenciaba el efecto de los hongos y los asistentes experimentaban un trance guiado por los antiguos espíritus mazatecos. Fue así como, en 1956, el profesor James A. Moore de la Universidad de Delaware y un antropólogo, el Dr. Guy Stresser-Péan, de la Universidad de la Sorbona, desarrollaron la disciplina llamada etnomicología, que abordaba los efectos de los hongos alucinógenos.

Ya en mayo de 1957, la revista Life publicó un reportaje de Wasson sobre aquellas experiencias con María Sabina, titulado “En busca del hongo mágico”, un relato de las sensaciones al ingerir hongos. Aquí un fragmento:

“Me parecía estar al margen de un mundo del cual yo no formaba parte, un mundo con el cual no podía establecer contacto. Ahí estaba yo, suspendido en el espacio, ojo penetrante, invisible, incorpóreo, que veía sin ser visto. De contornos claramente definidos, de líneas y colores precisos, las visiones parecían más reales que cualquier objeto visto hasta entonces con los propios ojos. Tuve la sensación de distinguirlo todo con absoluta claridad, sin las distorsiones de la visión corriente…”.

En aquel texto, María Sabina fue nombrada como Eva Méndez, para no poner en riesgo la tradición milenaria, pero todo fue en vano pues empezaron a llegar a Oaxaca cientos de personas buscando experimentar con hongos psicodélicos.

Tiempo después la situación se agravó con la publicación del libro “María Sabina and her Mazatec Mushroom Velada”, que transcribía del mazateco al inglés los cantos de María Sabina grabados por Wasson, hecho sin la autorización de la curandera. Así, lo que debía ser transmitido de manera directa fue mostrado al público en general.

Transcurrido el tiempo, en la biografía de María Sabina que escribió Álvaro Estrada, es ella misma quien afirmó que los extranjeros no llegaron nunca a comprender el poder de los hongos y que este estaba relacionado directamente con el lenguaje:

“Todo mi lenguaje está en el Libro que me fue dado. Soy la que lee, la intérprete. Ese es mi privilegio… Aparece el libro y ahí empiezo a leer. Leo sin titubear… las cositas son las que hablan. Si digo: “Soy mujer que sola caí, soy mujer que sola nací”, son los niños santos los que hablan. Y dicen así porque brotan por sí solos. Nadie los siembra. Brotan porque así lo quiere Dios. Por eso digo: “Soy la mujer que puede ser arrancada”, porque los niños pueden ser arrancados… y ser tomados… Deben ser tomados tal y como son arrancados… No se necesita más”.

Autor Xiu

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