6 de noviembre de 2023
Cuando el río suena, agua lleva” y es el caso de Grupo Elektra, que ha registrado una imparable caída según el reporte de la Bolsa Mexicana, esto ha provocado que en redes sociales se multipliquen las recomendaciones a los usuarios de Banco Azteca para retirar sus ahorros, y es que, conociendo al empresario, de declararse la quiebra, los usuarios no podrían disponer de liquidez y sus ahorros no serían respetados aún con el seguro bancario.
La inestabilidad de Banco Azteca, es la misma del resto de sus empresas; Grupo Salinas posee, aparte de Banco Azteca, Itálika, Totalplay , tiendas Neto, Seguros Azteca, Afore Azteca, casa de Bolsa Punto, Grupo Dragón, agencias de medios y varias más que han hecho que la fortuna de Salinas crezca, pero siempre a costa de los usuarios.
Recientemente el presidente López Obrador urgió al empresario a cubrir el adeudo millonario que tiene con hacienda, ya antes había criticado la actitud del ministro Luis María Aguilar por estar deteniendo la resolución del expediente de Salinas Pliego, en el cual se exponían los cuantiosos adeudos fiscales del empresario.
Con todo ello y múltiples videos que han estado circulando sobre los cobros excesivos, o hechos con amenazas por parte de empleados de Elektra y robo a cuentahabientes en Banco Azteca, el golpeteo de fakes por parte del empresario se intensificó, ya no solamente en sus canales (concesionados), sino también con un video en el que en 6 minutos habla de la “polarización” que se ha creado desde Palacio Nacional y manifiesta que las verdaderas víctimas están en Guerrero.
Curiosa verborrea para un hombre cuya fortuna ha sido hecha a través del robo, de la opresión a los más necesitados y sobre todo de no pagar sus adeudos fiscales.
Al señalar que tiene un “compromiso con las causas nobles” se equivoca, tal vez debió decir “causas de los nobles”, la suya forma parte de esas 11 familias que FUERON la nobleza mexicana, poseedores de tierras y riqueza robada al pueblo, esos, dueños de los medios corporativos y emporios que ahora se sienten despojados.
A él solamente le queda el “don” así, un título ni siquiera nobiliario, pero por el que tienen que pagar todos los días a sus “vasallos
