“Al cáncer hay que matarlo de hambre no dándole de comer todo aquello que necesita para fortalecerse y multiplicarse: azúcar, carnes (carnes rojas, pollo, pescado), leches, quesos, yogures, helados (no los veganos, por supuesto), carbohidratos refinados (arroz blanco, harinas blancas, pastas blancas como espaguetis o macarrones blancos), pero también el estrés, el miedo, la angustia y todos los sentimientos tóxicos como envidia, orgullo, el no pedir perdón o el no perdonar, el enojo o la ira; los productos de higiene o aseo tanto personal como del hogar de naturaleza química (detergentes, shampoo, acondicionador de pelo, pinturas de uña o de pelo, perfumes, cremas, maquillajes etc.), e incluso, mucha de la tecnología moderna como es el caso de las antenas de teléfono.” Extraído del libro ORIGEN Y CURACIÓN DE LA ENFERMEDAD de Nely Helena Acosta Carrillo